Era una de las grandes mentes de su época, pero le pusieron todo tipo de trabas por ser mujer: la increíble historia de Concepción Arenal
La experta en derecho luchó por los derechos de las mujeres durante toda su vida
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Madrid
Las mujeres, a lo largo de la historia y aún en la actualidad, han tenido que hacer enormes esfuerzos para formarse, progresar y ser respetadas en una sociedad machista y opresora. Un gran ejemplo de ello es Concepción Arenal, periodista y experta en derecho, quien pasó a la historia por fundar La Voz de la Caridad, un periódico que, a lo largo de sus catorce años de existencia, denunció los abusos e inmoralidades que ocurrían en orfanatos y cárceles en la década de 1870. Además, defendió con firmeza la idea de que las mujeres debían tener acceso a todos los niveles educativos.
En sus inicios en la Universidad Central de Madrid, Arenal tuvo que recurrir a un verdadero "ritual" para poder asistir a las clases de Derecho. "Ella se disfrazaba de hombre: pelo corto, capa y sombrero de copa", explicaba el historiador Jesús Callejo. Sin embargo, este engaño no duró mucho tiempo, ya que terminó siendo descubierta.
"Se dieron cuenta de que esta mujer tenía un verdadero interés por aprender derecho, pero no la admitieron como tal. En su lugar, la obligaron a realizar un examen para demostrar si realmente tenía capacidad intelectual para seguir las clases. En la prueba obtuvo una nota extraordinaria, y el rector dijo: 'Que vaya a clase, pero, por supuesto, no le vamos a otorgar ningún título de licenciatura'", relataba Callejo, destacando así el inicio de un trato completamente discriminatorio.
La rutina que tuvo que hacer Arenal durante más de 3 años
Una vez admitida, Arenal debía seguir un estricto protocolo todos los días. "Se presentaba en la puerta del claustro, donde un bedel la recogía y la llevaba a un cuarto donde permanecía sola hasta la llegada del profesor de la asignatura. Luego, el docente la conducía al aula y la ubicaba en un lugar apartado de sus compañeros varones. Allí tomaba nota de todo lo que se decía en clase, hasta que el mismo profesor la devolvía al cuarto, donde esperaba hasta que llegara el siguiente docente para llevarla de nuevo al aula", detallaba Callejo.
Esta situación se prolongó durante más de tres años. "Por supuesto, no recibió ningún título ni pudo matricularse formalmente. Pero es un ejemplo clarísimo de resiliencia. A pesar de todas las dificultades, se convirtió en una alumna excepcional, mucho más brillante que sus compañeros. Y gracias a ello, se convirtió en una firme defensora del derecho penal", añadía el historiador.
Con el tiempo, Arenal logró ser nombrada visitadora de prisiones de mujeres, cargo desde el cual luchó por mejorar sus condiciones de vida. También fue designada inspectora de las casas de corrección de mujeres y, poco a poco, comenzó a recibir múltiples reconocimientos y títulos. "Toda esa base de formación académica fue fundamental para que pudiera desempeñar estos roles y dejar un legado imborrable", concluía Callejo.
Concepción Arenal, abogada sin título
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Andrés Puentes
Antes trabajaba como redactor en el equipo de Hora 25, ahora escribo sobre actualidad en la web. Graduado...
