El "error fundamental" de España con uno de los rincones más bellos del planeta: "Montaron solo cuatro casetas para colocar la bandera"

Madrid

España llegó a ser conocido como el imperio en el que no se ponía el sol. Principalmente a partir del reinado de Felipe II, en el siglo XVI, cuando la corona española se convirtió en la primera potencia mundial gracias a sus dominios por todo el planeta. Especialmente en el continente americano, donde se hizo con gran parte del territorio tras la llegada de Cristóbal Colón y su tripulación en 1492. Sin embargo, España también estaba presente en el resto de continentes, de ahí que se ganara el sobrenombre del imperio en el que no se ponía el sol.

No obstante, la atención y los recursos del país se centraron principalmente en América, lo que provocó que otros continentes como el africano quedaran relegados a un segundo plano. Especialmente durante el proceso de colonización de África entre los siglos XIX y XX, donde España quedó eclipsada por otros países como Francia e Inglaterra. Sobre este contexto histórico nos ha hablado el escritor Andrés Pascual, quien se ha pasado por SER historia para hablar acerca de su último libro (El árbol de las palabras) y de los orígenes de la relación entre España y Guinea Ecuatorial.

El "error fundamental de España"

Los exploradores españoles comenzaron a visitar la zona en el siglo XV, aunque no establecieron asentamientos permanentes. No sería hasta el año 1778 cuando España adquiriría los derechos sobre las islas de Fernando Poo y Annobón, así como una franja costera en el continente, tras llegar a un acuerdo con Portugal a cambio de varios territorios en América del Sur. Sin embargo, la presencia española fue limitada y poco efectiva durante este periodo, tal y como cuenta el escritor: "En ese momento no hacemos nada con ellas porque ni tan siquiera nos preocupamos. Y ese es el error fundamental de España".

Bajo su punto de vista, España no prestó atención a lo que había obtenido: "No es que colonizáramos mal, es que colonizábamos poco en el sentido de que no prestábamos mucho interés a lo que allí había". Más aún después de comprobar que eran unos territorios hostiles en cuanto al clima: "Barco que llegaba, la mitad de la tripulación caía en las primeras semanas por la malaria". A pesar de que hubo pequeños intentos de colonización, no llegaron a efecto en lo material: "Montaban cuatro casetas que soportaran a modo de puesto colocar una bandera".

El empuje de Reino Unido

Mientras tanto, Francia y Reino Unido decidieron invertir mucho más en el continente africano por sus recursos: "Luego venían los ingleses justificando que necesitaban esos territorios para controlar la esclavitud recién abolida y convirtieron esos territorios españoles en una zona en la que la moneda, la cultura y el idioma eran ingleses".

No sería hasta mediados del siglo XIX cuando España comenzó a mandar expediciones con "un poco de sentido", tal y como explica Andrés Pascual. Todo ello con el objetivo tanto de hacerse con los recursos que pudiera haber allí como para colonizarlo culturalmente. Y es que Guinea Ecuatorial tenía un gran interés estratégico para la corona española tanto por su gran cantidad de madera como por su localización: "Todos los barcos que rodeaban el continente africano tenían que hacer escalas y estaban prácticamente obligados a parar en Fernando Poo".