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La Armada analiza cómo proteger infraestructuras críticas ante sabotajes rusos y atentados de grupos terroristas

Solo en 2024 la Armada española interceptó 65 buques de guerra y submarinos de las Fuerzas Armadas rusas. El Departamento de Seguridad Nacional detalla que 17 de los 46 puertos de interés general que existen en España alojan infraestructuras críticas que deben ser protegidas

El submarino ruso "RFS B-265 Krasnodar" en el estrecho de los Dardanelos en Canakkale (Turquía), en marzo de 2019. / Anadolu

El submarino ruso "RFS B-265 Krasnodar" en el estrecho de los Dardanelos en Canakkale (Turquía), en marzo de 2019.

La preocupación por el desafío que suponen las amenazas en el entorno marino “ha crecido internacionalmente”, también en España. Lo reconoce el Departamento de Seguridad Nacional (DSN). “La amenaza de sabotaje a buques amarrados, a puntos de carga de gas e hidrocarburos, y a las propias instalaciones portuarias por intrusiones desde el mar, es un riesgo con un alto nivel de impacto para la propia infraestructura”, advierten en su informe anual.

El DSN confirma que 17 de los 46 puertos de interés general que existen en España, “alojan infraestructuras críticas que afectan a otros sectores como el energético o el químico”. De ahí la necesidad de reforzar su seguridad, en especial, “la protección de los cables submarinos de telecomunicaciones” porque “son de gran interés geoestratégico actualmente”.

Las principales amenazas marítimas que ha identificado la OTAN tienen a Rusia como actor principal, en concreto a través del Russian Underwater Reconnaissance Programme (RURP) – traducido como Programa ruso de reconocimiento submarino- con el que rastrean posibles objetivos estratégicos. Su actividad es muy intensa. Basta con recordar que la Armada española interceptó – en el argot militar-, es decir, realizó seguimientos, a 65 buques de guerra y submarinos rusos en aguas españolas, según confirman a la SER fuentes del Estado Mayor de la Defensa (EMAD). Sin ir más lejos, esta misma semana, el Patrullero de Altura ‘Serviola’ ha vigilado a cuatro convoyes de la Marina de guerra de la Federación rusa, en concreto ocho unidades de buques de superficie y submarinos en aguas de soberanía nacional. En las tres últimas semanas, de hecho, se ha reforzado la seguridad marítima en el estrecho de Gibraltar y mar de Alborán ante la presencia de unidades de la Federación rusa. Entre ellos, el submarino más sigiloso de la flota rusa, el ‘Krasnodar’, que fue detectado en aguas del Mediterráneo oriental.

Las amenazas híbridas también incluyen la “acción de grupos terroristas” que podrían actuar contra “infraestructuras marítimas, como los puntos de llegada a la costa, los hubs de transferencia energética o las partes accesibles de los oleoductos y gasoductos”, advierte del Departamento de Seguridad Nacional (DSN).

La vigilancia de todas las infraestructuras críticas submarinas se ha incluido como una de las prioridades de los Grupos Navales Permanentes de la OTAN. Parte de esa vigilancia pasa por analizar cualquier vulnerabilidad.

La Armada española ha iniciado ya un estudio “doctrinal” para la “protección de las infraestructuras críticas”, en coordinación con el Centro Nacional de Protecciones Críticas para detectar si existe alguna brecha de seguridad. Ese trabajo se apoya en la vigilancia del Centro Marítimo de la OTAN para la Seguridad de las Infraestructuras Submarinas Críticas (CUI), ubicado en Northwood, Reino Unido, desde donde se monitorizan kilómetros de tuberías y cables energéticos submarinos para contrarrestar activamente las amenazas malignas o híbridas.

El diagnóstico de la Armada busca analizar qué sistemas de interés nacional son necesarios para dotar a estas infraestructuras de nuevas capacidades que mitiguen su vulnerabilidad. Ese trabajo se combina con el refuerzo de los vuelos de aeronaves de patrulla marítima para rastrear cualquier “acción maliciosa”, de modo que “se alcance un nivel de trazabilidad suficiente que permita que estas acciones no queden impunes”.

El estudio realizado por la Armada con el análisis de riesgos se incorporará al Plan de Vigilancia de las infraestructuras marítimas, que surgió del grupo de trabajo intergubernamental, presidido por el Ministerio de Defensa, constituido el 19 de noviembre 2024.

La Seguridad Nacional sitúa la Vulnerabilidad del ciberespacio como la principal amenaza en 2024, desbancando a la desinformación que hasta ahora figuraba en el primer puesto del informe anual de 2023 del DSN. Por quinto año consecutivo, el horizonte que dibuja el DSN es bastante gris, la Seguridad Nacional se va a ver deteriorada en los próximos cinco años. Los cinco riesgos y amenazas que muestran una peor evolución de cara al próximo lustro serán las campañas de desinformación, la vulnerabilidad del ciberespacio, los flujos migratorios irregulares, la tensión estratégica y el espionaje y las injerencias desde el exterior

Javier Bañuelos

Javier Bañuelos

Redactor Jefe en la Cadena SER responsable de la información sobre Interior y Defensa. Soy diplomado...

 

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