Kris Kristofferson, el cazavampiros que conquistó la contracultura
Esta semana recordamos el debut del forajido del country

Kris Kristofferson, el cazavampiros que conquistó la contracultura
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Madrid
En el cine Kris Kristofferson encarnó todo tipo de papeles. Fue sheriff, cazavampiros, amante fiel, veterano de Vietnam o incluso preso en un planeta gobernado por simios. Al margen de éxitos y fracasos, Kristofferson dejó su mejor papel para su propia vida.
Kristofferon debutó en la música en 1970 con un disco que contenía Me and Bobby McGee, que regaló a Janis Joplin o Sunday Morning Coming Down, que había cantado su amigo Johnny Cash. Este homónimo primer disco fue el comienzo de una carrera peleada, con momentos buenos y malos, pero con mucha honestidad.
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Un primer paso que lanzó a la música a un tipo ya maduro que había sido profesor de literatura en Westpoint, que había pilotado helicópteros en el Golfo de México y que tenía el empeño de hacer canciones. Pero Kristofferon lo hizo todo a su manera y acabó conectando el country con la contracultura de los años sesenta y setenta llenando su música de literatura, historias de perdedores y grandes versos que dejaron huella.
Esta semana recordamos su historia y sus canciones de la mano del periodista y escritor Javier Márquez acaba de publicar Honky Tonk Heroes (Ed. Silex), un retrato de aquella generación de músicos salvajes.
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