Aimar Bretos, sobre una de sus grandes renuncias: "No estaría dirigiendo el programa, pero me perdí mucha vida"

¿Intentas ser el número uno mientras renuncias a la felicidad o te conformas con un décimo puesto sin sufrimiento? Este es el dilema con el que el presentador Arturo Valls se ha estrenado en La cena de los idiotés de Hora 25 junto a la presentadora Sandra Barneda y la alpinista Edurne Pasaban. Junto a ellos, han participado los habituales Ángeles Caballero, Manuel Jabois y el director del programa, Aimar Bretos.

El valenciano ha traído un dilema cargado de realidad en el que, sin decirlo, se podía entrever claramente a Carlos Alcaraz. "Vamos a imaginar a un chaval tenista, murciano, por ejemplo. Está tocado con la varita, tiene un don para el tenis. Empieza a jugar como profesional y con 19 años, se convierte en el número uno más joven de la historia,", explicaba.

Este joven, tal y como explica Valls, "está disfrutando muchísimo de su deporte, pero, de repente, llega la presión". Él se da cuenta de que, donde se estaba divirtiendo, encuentra ya una cierta obligación, una cierta esclavitud, y pretende hacer las cosas de otra manera. Aunque él está decidido, el entorno de este chico le advierte de que, de seguir esos pasos, no conseguirá sus objetivos, que es ser el número uno de la historia del tenis. "¿Qué haríais? ¿Ser el número uno renunciando a tu vida, o prefieres el número 15 pero siendo más felixz?".

Este dilema ha tocado de lleno precisamente a Aimar Bretos. Tras escuchar las respuestas de los comensales, el periodista ha lanzado una pregunta: "¿Alguno os arrepentís de alguna de las renuncias que habéis hecho y que os han llevado a estar donde estáis?". El vasco ha reconocido que tiene "una relación contradictoria" con la propia pregunta.

Bretos estuvo 11 años trabajando de madrugada. Llegaba a la radio a las 00:00 horas y salía por la mañana, desde que tenía 21 años y hasta que cumplió los 32. "Eso condicionó mucho mi vida aquellos años. Soy muy consciente de que si no llega a ser por la cantidad de madrugadas que me metí, no estaría dirigiendo ahora el programa. No habría llegado a este punto periodísticamente tan interesante en el que creo que estoy, pero soy muy consciente de que me perdí mucha vida", reconocía.

El periodista asegura que es una renuncia sobre la que ha reflexionado mucho a lo largo de los años y afirma que, sabiendo a dónde ha llegado, confiesa que no tiene claro si lo volvería a repetir. Ante su respuesta, Sandra Barneda le ha recordado que está hablando desde la experiencia e insistía en que no hay que tener miedo a la renuncia. "Tenemos que aceptar la renuncia. A veces lo queremos todos, pero en toda elección hay una renuncia. Yo prefiero ver la vida desde la elección, desde lo que he elegido y he ganado", señalaba.