“Romper el bloqueo”, el objetivo de la Flotilla de la Libertad en Gaza

La Flotilla de la Libertad navega hacia Gaza cargada de ayuda humanitaria para la Franja con activistas como la sueca Greta Thunberg o la eurodiputada Rima Hassan. Hace dos días que han pasado el sur de Creta y creen que podrían alcanzar su destino el domingo por la mañana. “Lo más importante es romper el bloqueo”, dice Sergio Toribio, uno de los doce tripulantes del velero Madleen, un barco pequeño en el que transportan desde comida a pañales y prótesis.

Su objetivo es abrir una vía para que siga entrando una ayuda humanitaria que todavía no llega a la población, porque está controlada por el Ejército de Israel, que aprovecha ese “cebo” para “masacrar a la gente cuando van a por ayuda humanitaria”, denuncia Toribio. Y lo hacen a pesar de las amenazas y la vigilancia constante de Israel. Hace un mes, otro de los barcos de la Flotilla fue atacado con dos impactos de misil lanzados por drones israelíes a su salida de aguas maltesas. Por eso temen que les intercepten y no les permitan llegar a Gaza.

El activista celebra que el Gobierno español haya roto algunos contratos importantes con Israel y espera que la presión a Tel Aviv haga cambiar las cosas. “Si no se moviliza el resto del mundo, no van a parar hasta que los exterminen a todos”, advierte. “Los gobiernos de otros países son los que tienen que moverse y poner una postura en la que se pare esto. Es un genocidio en toda regla”.

Una marcha a pie hacia Gaza

Esta no es la única movilización social a favor de Gaza estos días. El próximo miércoles arranca en Egipto una marcha a pie hacia Rafah a la que se han sumado delegaciones de más de una treintena de países y a la que acudirá también la magistrada y portavoz de Juristas por Palestina Pilar Barredo. “Es simplemente la sociedad civil que se organiza y que quiere dar una respuesta ante la violación sistemática todas las normas de derecho internacional, contraviniendo lo que están diciendo todos los tribunales internacionales”, explica.

“No hay un solo artículo del Estatuto de Roma que no se haya violado en este conflicto”, añade Barredo. La impotencia por la inacción internacional les ha animado a viajar a El Cairo, desde donde saldrán a pie el 12 de junio hacia Gaza recorriendo unos 50 kilómetros con el objetivo de romper el bloqueo de Israel contra la población gazatí. “Es una marcha pacífica, humanitaria”, asegura. “Los distintos organismos de Naciones Unidas, UNICEF, nos está diciendo que van a morir miles de niños de hambre y yo no me puedo estar quieta, ya no puedo estar en mi casa pensando que esto va a ocurrir, porque estos niños no son menos que mis hijos”.

La jurista está convencida de que las constantes violaciones de los derechos más fundamentales de las que estamos siendo testigos desde hace un año y medio constituyen crímenes de guerra y de lesa humanidad, como lo apunta la Corte Internacional de Justicia. Por eso cree que el resto de Estados también tienen la obligación de no seguir comerciando con empresas que “se lucran con la ocupación ilegal de un territorio, con el asesinato de miles de niños y niñas cada día”.

Crecen los asentamientos ilegales en Cisjordania

Aunque eclipsada por la guerra en Gaza, la ofensiva de Israel en Cisjordania tiene el mismo objetivo: hacerse con el control de la mayor parte de los territorios palestinos. Cada día, metro a metro y en silencio, avanza la colonización del territorio. Prueba de ello es la reciente aprobación de 22 nuevos asentamientos judíos en Cisjordania, que representan la mayor expansión israelí en territorio palestino en décadas.

Haizam Amirah Fernández, director ejecutivo del Centro de Estudios Árabes Contemporáneos, apunta que “en Cisjordania está habiendo una campaña israelí de expulsión de decenas de miles de personas de sus casas, sus barrios… de campamentos de refugiados que se han convertido en urbes”, además de la destrucción de calles e infraestructuras al tiempo que se construyen asentamientos “cuyo objetivo es la colonización del territorio para hacer inviable una solución de dos estados o la creación de un Estado palestino con continuidad geográfica”.

Hay al menos 40.000 desplazados desde que se inició esta última ofensiva sobre Cisjordania. La política de Israel consiste en que los colonos llegan a un punto estratégico, donde se establecen de forma ilegal, y luego el Gobierno reconoce sus asentamientos. Una práctica que han llevado a cabo todos los Gobiernos de Israel desde la ocupación de Cisjordania en el año 1967, para llegar en este momento a un número de colonos israelíes en territorio palestino ocupado que supera los 700.000.

Para el experto, la solución de los dos Estados para poner fin al conflicto es solo “un mantra que se repite desde hace décadas para aparentar que se piensa en una solución política”, pero cree que la realidad geográfica, humana y económica en el terreno “no lleva a pensar en una coexistencia de dos estados, Israel y Palestina, lado a lado, con garantías y con seguridad”. Aboga, sin embargo, por otras salidas como un Estado binacional, o una igualdad de derechos y de obligaciones de ciudadanía. Pero asegura que “Israel no quiere oír hablar de esto bajo ningún concepto”. Por el contrario, persigue una política ya conocida, la del “apartheid”, la segregación, “dos sistemas para dos grupos humanos”.