Una familia deja basura en el vertedero y recibe a cambio una factura de casi 200 euros
No se esperaban cómo la normativa les iba a pasar una mala jugada

Imagen de archivo sobre el reciclaje / Svittlana Kuchina

Desde hace años se está intentando que la sociedad tenga una concienciación especial con el reciclaje para que lo instalemos en nuestra rutina y lo consideremos como un hábito. De esta manera, en algunos países como Noruega, Australia, Alemania y Brasil han sido los propios gobiernos los que han ofrecido incentivos económicos o de otro tipo para fomentar que la ciudadanía se anime a reciclar y proteger el medio ambiente.
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Una de las prácticas más llamativas es la del 'reverse vending', un sistema de máquinas que funcionan al revés que las expendedoras habituales, en vez de introducir monedas y que te dé un producto, se meten artículos para reciclar y te da dinero. Estas son colocadas normalmente en supermercados para que las personas puedan depositar envases, latas y botellas. A cambio reciben una pequeña cantidad de dinero o descuentos para servicios como la factura de la luz. Parece algo nimio, pero si eres muy comprometido puedes tener bastantes beneficios.
De eso puede dar fe Damian Gordon, que después de reciclar 450.000 latas y botellas de plástico a lo largo de siete años, consiguió casi 46.000 dólares australianos (alrededor de 41.000 euros al cambio), lo que le permitió comprarse una casa en Central Coast, en Nueva Gales del Sur. Pero no todo es oro lo que reluce, porque hay algunos sitios en los que ciertas normativas ponen en jaque el deseo de llevar a cabo la buena acción del reciclaje, aunque parezca impensable.

Olga Cerrada: "El reciclaje es mucho más" - Hora 14 Aragón (16/05/2025)
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Una factura que no esperaba
David Sundkvist, además de su trabajo habitual, tiene su propia empresa como músico y se mueve con la furgoneta familiar, que está registrada a su nombre. Hasta ahí, todo correcto, pero lo que no sabía es que algunos municipios de Suecia las entidades pagan una tarifa para depositar residuos en centros de reciclaje, como por ejemplo en las instalaciones de WBAB en Smedjebacken y Ludvika, como explica SVT Nyheter. Y este se dio cuenta cuando dejó unos pocos en un vertedero.
"Al principio pensé que era una factura falsa", manifestó Sundkvist, a quien le reclamaron unas 2.000 coronas suecas, cerca de 200 euros al cambio. Resulta que antes solo se facturaban retroactivamente a las sociedades limitadas y las empresas comerciales con camiones ligeros registrados, pero la norma cambió el pasado 1 de abril y también fueron incluidas las empresas individuales, afectando a una gran cantidad de autónomos que han recibido sus facturas sin esperarlo.
Estos trabajadores por cuenta propia utilizaban lo que consideraban su vehículo privado para deshacerse de los residuos, así que les han cobrado la tarifa. Stefan Holstensson, gerente de unidad en WBAB, explicó a SVT Nyheter que "la empresa unipersonal es una forma especial de empresa. Si usted posee un vehículo, éste cuenta como parte del negocio".